Soñé que estábamos en esa casona vieja de amplio patio donde nos vimos por última vez, frente a la librería de cosas religiosas con varios siglos de edad de las que nos burlabamos.
Había algo distinto que no podía ubicar del todo, demasiada oscuridad quizá.
Está vez escuchábamos a una sinfónica entera de hombres de cabello blanco completamente ciegos y tú me decías: 'ese es el futuro'
Me sentí nostálgica y toqué las cuatro notas que aún puedo recordar, tan horriblemente que terminé riendome de mi misma y escuchando tu canción, sintiendo ese agradable escalofrío que me hizo ponerte altares imaginarios.
Al final terminé divagando sobre como la bilis me carcomía por dentro, mientras tú me veías a la cara y me veías feliz, dejando entrever que la distancia entre nosotros crecía a pasos agigantados.
Además de pensar un buen rato en como no hay forma humana de meter una orquesta sinfónica ahí, ja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario