miércoles, 26 de noviembre de 2008

If you are crossing the street I might be there.

Cuando se marchó sin decir nada, la incertidumbre me mataba, pase los días tratando de borrar todo rastro de su persona hasta en el más mínimo de mis espacios, más por salud mental que por auténtico deseo.

Pensé que si lo veía las cosas como eran y no como yo era, regresaría antes de que mi ansiedad buscara una válvula de escape.

Me distrajé con mis viejos vicios y lo disfruté tanto al principio que me costaba recordarle, hasta que toqué el fondo, me di cuenta de lo horrible que es estar aquí y estar así y lo extrañé.

Para mi fortuna no me equivoqué y cruzó la misma puerta de siempre justo a tiempo.

Cuando me agradeció por no olvidarle en su ausencia, recordé mi breve periodo en el purgatorio y me reí evocando el preciso momento en que dije fuerte y claro que estuve cerca de hacerlo completamente intoxicada con una falsa sensación de bienestar.

Bienvenido a casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

al menos volvió