Después de tantos intentos por no exhibir el talón de Aquiles al hablar y de muchos enunciados inteligibles e inconexos, lo dije con todas sus letras.
Mi interlocutor se rio de que me hubiera costado tanto trabajo el simple hecho de decirlo y me cuestionó por qué.
Está de mas decir que uno debe cuidar ese talón hasta del talón mismo, ja...
¿Acaso no es lógico? Por supuesto que fingí demencia y omití el señalar ditectamente tanta obviedad.
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